07 julio 2011

A wold so cold

Frío en tu cuerpo, tu mente no razona, no piensa, estás vacío de sentimientos.
Todo blanco, nieve, granizo, hielo. Sientes agonizar tu sistema inmunológico, ¿cómo has acabado así?
Andas, intentas salir de esa pesadilla.
Y despiertas
Te das cuenta de que ya no podrás salir, que todo a tu alrededor se echa encima de ti impidiéndote el paso, intentando una vez más, que no salgas del mal camino.
Te encoges intentando desaparecer, dentro de esa gran masa de hielo que te rodea, puedes ver, oler, tocar, pero no sentir. Eres un muñeco de trapo sin más utilidad que la de diversión.
Todo es tan blanco, y comienzas a auto herirte, la sangre de tu interior roja, al salir se vuelve negra. Crees que así saldrás por fin del camino, pero el frio te congela las heridas, no sangras, no mueres.
Debes de intentar salir adelante con todas tus fuerzas, te caes, gritas, sollozas, pero nada te ayuda a subir solo tú misma, y sabes que es lo único realmente que está contigo.
Te arrastras para que la caída no sea tan dura, para que no duela, para sentir el suelo de cerca y te paras, ¿por qué arrastrarme? ¿Acaso soy una perdedora más?
¡LEVANTATE DE UNA VEZ! Corres con todas tus fuerzas y consigues ver la meta, lo consigues.
Todo a tu paso se destroza, cae en pedazos y muere, pero tú, irrompible, fuerte, terminas de ascender y por fin llegas a tu meta. Miras atrás, ves el largo mar y por fin, te lanzas rindiéndote ante lo que evitabas.

¿Sirve de algo?

No, que va.

La muerte, esa gran meta que todo el mundo evita, ¿por qué? Que hay detrás de ella, ¿nos perdemos algo interesante en la vida por ella Quizás? Pienso que no.

Debemos saltar desde las torres más altas, hundirnos en los mares más profundos sentir como la vida desaparece y nos muestra la única realidad que tenemos por segura, esa que nos indica cuando terminaremos de vivir y cuando terminaremos de sentir lo que la vida nos predetermina.