25 febrero 2012

Love more

Lo más duro de seguir viviendo es que continuamente todo cambia y tú no puedes hacer nada por ello. Que poco a poco vaya desapareciendo todo; la ilusión por divertirte, por crear nuevas fantasías, por imaginar que eres otra persona y vives un mundo alternativo.
Nada es suficiente para una ciudad vacía de vida, que no te aporta nada, que solamente sirve para no poder crecer como persona. 
Sentirte reprimida a más no poder, que tu alma en vez de expandirse junto a tus pensamientos, se queda reducida a polvo, al igual que tus ilusiones.




Lo único que quiero, es una pequeña emoción, algo que me haga sentir viva, sonreír sin tener un porqué, vivir por un motivo.
Sentir la vida como una condena, de la cual cuentas los días para ver cuando serás libre, y volar, muy lejos de aquí, no es tener una vida.
¿Aquello que soñamos siempre no es negado?
¿Debemos aguantar sin rechistar, o jugárnoslo el todo por el todo, con el riesgo de perder?
Quisiera tener un poco de todo aquello que siempre ronda mis pensamientos. Una simple tarde bajo un árbol, una charla en brazos de alguien a quien quieres, tumbarte en un bosque y perderte entre los sonidos que lo habitan. 
No quiero ser como las personas que me rodean, no quiero perder lo que llevo dentro, un alma pequeña que lucha por sobrevivir, que lucha por lo que quiere.
¿¡Tanto les cuesta ver, que lo único que quiero es una pequeña emoción?!
Sentir que importo, sentir que me quieren, que esta ciudad a pesar de todo, me acoge en sus brazos y me mima.
Lo necesito, es algo superior a mis fuerzas, necesito volar, muy alto, sin prisas, cerrar los ojos y estar en paz.

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