12 marzo 2011

Roxanne

Andas por la calle, cual marioneta manipulada por los hilos.
Te sientes fuera de lugar y de ti misma, sientes que vuelas muy alto,
tanto que no ves donde tus pies tocan al pasar.
Te miran, sientes de nuevo aquella sensación que tenías hace años,
esas sensación de ser deseada por los ojos ajenos,
por ojos que no te tienen y desean tocarte, poseerte.
Tu ego sube como la marea del mar en un día de tormenta,
te sientes bien, altiva, poderosa.
Pero no te sientes tú, esas sensación no es tuya,
es provocada por la confusión de tu mente, por el momento en el que estás,
por el momento que te toca vivir.
Dejas la miel en los labios de aquel que osa acercarse a ti,
dejando que siempre, tenga la grandiosa tentación de conseguirte.
Te sientes mal por ello, pero a la vez no puedes hacer otra cosa,
te han hecho tanto daño, que en tu corazón lo único que queda es el recuerdo de tu ser anterior.
Vuelves a casa, el día ha acabado, te encierras en tu mundo de música e irrealidad, en el mundo que
desearías estar, pensando, que al día siguiente, te tocará colocarte de nuevo,
la máscara que oculta tu verdadero ser, el cual, no quieres mostrar
para no volver a ser aquella persona inocente y creyente en el amor.

No hay comentarios:

Publicar un comentario